Balada triste de trompeta
por un pasado que murióy que llora
y que gime
como llora aaay...decía, dice la canción que cantaba Raphael caracterizado como un payaso de veras acojonante en el film de 1970: "Sin un adiós"; verlo proyectado en las criptas de la Abadía de la Santa Cruz del Valle de los caídos es algo en realidad flipante, como lo es el guión de Alex de la Iglesia que decidió prescindir por primera vez de Jorge Guerricaechevarría (la versión española del divorcio Iñarritu- Arriaga)con resultados mas o menos positivos: León de Oro en la Mostra de Venecia.
Ya sabemos que los premios son subjetivos, el guión en realidad sube y baja, va y viene, se pone fuerte y se debilita, alarga y aburre para rematarte con un bang (o una Bang) y seguir con un bostezo; pero no se confundan: diez buenos minutos de Alex de la Iglesia valen lo que una filmografía completa de varios directores; dos o tres secuencias bien arropadas y a veces hasta forzadas para calzarse muy comprometidamente con la historia de la guerra civil española, Francisco Franco y el atentado contra Carrero Blanco son soportadas por la insanía de la columna vertebral de la película que recibe influencias en noches de delirio y alcohol que van desde las viejas pesadillas en blanco y negro de Tod Browning, la serie Kojac, la familia Telerín, el Lute (cuando era el Lute) , imaginería varia de TVE y toda esa basura que vivimos y tragamos a través de los ojos cuando niños... es muy difícil seguir una película con tantas referencias, sobre todo cuando el total de ellas solo se encuentra en la mente del autor y conforman su particular museo del horror y la erótica.
"Porque eres payaso? le tienes miedo a la vida?, yo soy payaso porque si no sería un asesino"; bueno venga; que estos eran lo uno y lo otro; personajes del Marqués de Sade (magistralmente interpretados por Carlos Areces y Antonio de la Torre) a los que el sadista en turno (Alex de la Iglesia) les imputa todos los horrores y depravaciones de una época que marcó a España para siempre y la cual dejó una cruz enorme y bien visible en su corazón apuntando hacia el cielo, por si se les olvida.
Y aunque un día se cayera, ahí estará esta película para dejar constancia.