Adrien Brody no se aguantó la tentación, era su momento; tenía en sus manos el Oscar a Mejor Actor por su interpretación de El Pianista, él estaba ahí y Roman Polanski no, no podía estar porque hace muchos años tampoco se pudo aguantar la tentación. Los dos obscuros objetos (uno más obscuro, más deseable) del deseo ya perdonaron a sus abusadores; ambas saben que no fue tanto, que un artista como Polanski podría entrar a Estados Unidos cuando quisiera; sobre todo después de que ayudó a construir esa industria; pero yo les quiero hablar de Halle Berry y del estorbo de la belleza; ella es una mujer inteligente, que sabe elegir muy bien sus proyectos ( Y Gatubela?) que trabaja duro en ellos, que estudia y da hasta el último esfuerzo por crear una réplica exacta de conciencia individual de su personaje en turno, no le importa si la película es de bajo presupuesto o una super producción, ella lo pone todo así tenga que sacrificar su belleza (imposible) o hacer gala exuberante de ella desnudando su cuerpo y teniendo sexo furiosamente con Billy Bob Thornton o desnudando su alma y teniendo una regresión hasta el trauma más vil de Frankie y pariendo una de las escenas mas traumáticas de el año pasado. En fin, a esta mujer vale la pena verla, oírla y saberla viva y actuando; por eso es a veces molesto que Brody la bese a lo Eisendstadt, (Ahora si que Brody en ese momento bien pudo decir parafraseando a Leonard Cohen: No había estado tan feliz, desde que acabó la Segunda Guerra Mundial) o a Paul Giamatti viéndola como si solo fuera un cuerpo mientras otra vez entrega un premio a mejor actor. Eso no se hace. No a una actriz de esa categoría, para eso tenemos a Megan Fox, Lindsay Lohan y muchas más. Ah, por cierto, en esta película Halle Berry interpreta a una mujer con peinado a lo afro con desordenes de personalidad múltiple.
When the movie is over fade to black
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