Esta es una película por la cual Colin Firth está nominado en los Oscares como mejor actor, y la mitad de su trabajo actoral (por decir poco) está basado en su voz, imagínense ver esta película traducida al español, o al mexicano; no me la quiero ni imaginar... destruirían en gran medida el esfuerzo de un actor serio. hay películas que deben verse en su idioma original; bueno, todas deberían verse en su idioma original pero no abundan los políglotas así que hay subtítulos y unas cuantas, que es imprescindible ver en su idioma original. Ver una película doblada es ver la mitad de la película. Y de qué manera podrías doblar la circunspección de Colin, su contención inglesa, sus dudas, su furia, su frustración plasmada en la voz; si alguien al doblarlo lo logra, pues otra gran actuación, tendríamos dos en uno.
Pasando a otro tema, cuenta Tom Hooper que tiene agentes en Nueva York, Los Ángeles y Londres; siempre a la caza de buenas historias para filmar, y sin embargo fue su madre quien le habló y le dijo: acabó de encontrar tu próxima película; ella había ido a una lectura de una obra aún sin producir y de ahí lo demás fue sobre rieles. Así es, el talento no se puede esconder, alguien te va a encontrar y las alineaciones necesarias se darán para que el proyecto surja, de qué tan sutil evento nace el hecho de que podamos estar en una sala de cine sentados y riendo mientras observamos saltar y gritar maldiciones a Geoffrey Rush y Colin Firth no?, del mismo sutil evento que colocó al Duque de York frente a un micrófono siendo tartamudo, frente a un terapeuta que no es terapeuta ni inglés sino actor y australiano, frente a una nación no siendo la primera opción al trono.
Ese sutil evento llamado amor.
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