miércoles, 15 de diciembre de 2010

Tangled


Tuve la suerte de que la primera vez que llevé a mi sobrina al cine a ver una película de "Princesas" fuese la de la primera que en realidad no era princesa y que no era tan cursi, la primera no princesa entrepreneur Tiana, de la Princesa y el Sapo; fui feliz, pensé por un momento que de ahí en adelante el estereotipo de Disney no sería más la princesa sufrida y abnegada que espera a su príncipe, pero estaba equivocado; a lo mejor no les fue bien en taquilla, no sé, al menos ese día no había tantas personas en la sala.
Qué importancia tiene el derrotero que quiera tomar Disney dirán ustedes?, tiene mucha importancia teniendo en cuenta que mucha de la educación sentimental de los niños y niñas de hoy ya no viene de Flaubert o, como en mi época (no mejoré mucho) de Remi, Candy, Heidi; viene de lo que tiene a bien mandarnos Disney, Pixar y sus un poquito más picaros competidores Fox y Dreamworks, todos los esfuerzos de la BBC y de Magnus Scheving se van al caño cuando una princesa que utilizó su tiempo libre en cautiverio para cultivarse, es rescatada por un ladrón que aparte canta como Chayanne, mira que buchipluma ques; claro que cuando ves que la princesa habla igualito a Danna Paola pues no queda mucho por hacer. Rescatable que les digan que por lo general sus madres (que podrían no ser sus madres) sólo las retienen para conservar su juventud, claro está que esto ya lo había dicho hace tiempo y de mejor manera: Serrat. Ni modo sobrina, parece que tendrás que seguir creyendo en el eterno femenino como la latente espera del rescatista. O está la opción Stephenie Meyer, ahí, al príncipe que esperan es al príncipe de las tinieblas.
Movie is a lemon and i want my money back.

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